Por mi parte, se trata de un autor que me suscita mucha curiosidad, y como ya expliqué aquí mismo en la reseña de 'De qué hablo cuando hablo de correr', andaba pensándome si seguir aproximándome o no a su obra. Finalmente he decidido dejar a un lado el orden cronológico que por pura manía me suele gobernar en estos casos y me he propuesto una acercamiento muy paulatino, de menos a más. De esta forma, he optado por leer una colección de breves relatos que Tusquets ha editado recientemente en España, titulada 'Después del terremoto'.
Unos relatos me han gustado mucho ("Tailandia" y "La torta de miel" sobre todo) y otros menos ("Todos los hijos de Dios bailan"). Pero mi conexión con Murakami y con su, en mi opinión, innegable talento, es incuestionable tras esta lectura. Me gusta mucho cómo narra, cómo logra ser muy descriptivo sin perder la capacidad de sugerir un montón de cosas a la vez. Me gustan esos ambientes particulares que crea, me gusta la vida con la que dota a los personajes partiendo de escasos trazos, y por encima de todo, me gusta que sus aventuras no tengan final. Porque al menos estas no lo tienen. Todo queda en suspenso, de tal forma que ese miedo a hablar demasiado que siempre suelo tener al escribir las reseñas se atenúa completamente en su caso.
A pesar de esa libertad, no voy a contar mucho más de lo que ya he contado. No me gustaría a mí también cometer el error de encumbrar a Murakami sin apenas haber leído nada de su obra. Sí que recomiendo el libro, tanto para quien esté en la misma situación que yo y tenga dudas de si acercarse o no al escritor nipón por lo que dicen de él, como para quien no ha sido capaz de afrontar sus obras más densas y quiere darle una segunda oportunidad.
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